Es el soporte idóneo del dibujo y para una de las dos superficies necesarias en el proceso de impresión o estampación.
Los antiguos egipcios usaban los tallos de una planta llamada papiro, cortados en tiras que pegaban y prensaban; formaban así hojas compactas y flexibles que utilizaban como soporte de la escritura. Aparte del papiro egipcio, los romanos usaban la corteza interior de algunos árboles tales como el tilo y el arce. Sin embargo, la idea de formar una hoja flexible y lisa por fieltrado de fibras vegetales se debe a los chinos.
Se cuenta que hacia el año 105 de nuestra era, Ts’asi Lun, ministro de la corte china, observó que de los paños que las mujeres lavaban se desprendían pequeñas fibras que se mezclaban entre sí en el agua tranquila. Recogido y puesto a secar, este fieltro dio como resultado una hoja de cierta consistencia.
El descubrimiento chino llegó a España con los árabes, que ya a principios del siglo XII tenían en Játiva molinos papeleros abastecidos con el lino de Valencia. Paulatinamente, la fabricación y uso del papel se extendió por toda Europa, sustituyendo el pergamino, que había sido hasta entonces el soporte tradicional de la escritura y del dibujo.
Los materiales y los métodos usados dependen de la época y del lugar, pero los principios básicos siguen siendo los mismos.
El procedimiento artesanal de fabricación de papel, empleado aún hoy en los llamados papeles de tina, utiliza como materia prima los trapos de lino o de algodón. Estos son triturados hasta deshacer las fibras, las cuales se mezclan con el agua de una tina, de la que se extraen con una rejilla plana a modo de colador para escurrir el agua . Una vez formada la hoja de papel sobre esta rejilla, se separa y se procede al prensado y luego al secado. La última fase de la fabricación consiste en el encolado de las hojas con almidón de arroz o trigo para evitar la excesiva absorbencia y corrimiento de la tinta.
Actualmente el papel se obtiene de la mezcla de celulosa extraída de fibras vegetales por un proceso químico y pasta de madera obtenida por medios mecánicos. El encolado se hace mediante resina de coníferas. La fabricación se lleva a cabo con máquinas regidas por ordenador que dan tiras de papel continuo con un rendimiento que oscila entre los 300 y 1.500 metros por minuto.
Comúnmente se utiliza el papel de lino, sobre todo el de tina, apreciado por su calidad y mayor resistencia a los frotados del pincel, esponja y rascado de las cuchillas. El de algodón absorbe excesivamente los colores, en el caso de la acuarela y gouache, haciéndoles perder transparencia.
El color usual es el blanco, aunque ya en el Renacimiento se conocían los colores pardos, índigo y rojizo. El azul fue muy utilizado por los artistas venecianos, lombardos y boloñeses del siglo XVI. En el siglo XVIII se emplearon por Watteau y Boucher los papeles grises, amarillentos, marfil y gamuza. El color y la textura del papel es importante, por cuanto su elección depende del tipo de obra a realizar, en función de la técnica. El papel blanco, de granulado fino y superficie lisa, se prefiere para los apuntes y los dibujos de pluma y pincel; el papel, coloreado o no, de grano grueso, se presta más al dibujo a lápiz, carboncillo y pastel.
El papel recibe diversos nombres, según su peso en gramos por metro cuadrado (gramaje):
Papel: de 70 a 180 g/m2
Cartulina: de 150 a 250 g/m2
Cartoncillo: de 250 a 400 g/m2
Cartón: superior a los 400 g/m2La textura del papel es importante, por cuanto su elección depende del tipo de obra a realizar, en función de la técnica.
Algunos tipos de papel que tradicionalmente se usan como soporte del dibujo y la pintura son los siguientes:
Papeles de tina. Son papeles hechos a mano con la técnica tradicional, muy resistentes y de gran duración. Se fabrican con texturas distintas, según el uso a que estén destinados. El romaní es de superficie lisa y se utiliza en dibujo lineal. El ingres, con trama de tejido, es muy apropiado para dibujos al carbón y lápiz compuesto. El especial para acuarela tiene alto gramaje y texturas gruesas y variadas. A este grupo pertenece el tradicional papel de barba, usado hasta hace poco para documentos y dibujos a tinta.
Papel canson. Es grueso, de color ligeramente pajizo; usado para dibujos a lápiz y tinta china.
Papel estucado. Tiene la superficie cubierta con una fina capa de caolín encolado. Permite, una vez pintado con tintas, la obtención de blancos por raspados. La superficie puede ser mate o brillante.
Papel cuché. Es similar al anterior y de superficie brillante; se usa en las artes gráficas, especialmente en las publicaciones a todo color.
Papel vegetal. Es un papel semitransparente que se usa en dibujo técnico para planos que han de ser reproducidos.
Papeles pautados. Son papeles que han recibido una impresión con tinta tenue que sirve de pauta. Las pautas más comunes son el rayado, el cuadriculado y el milimetrado. Existen también pautas para las perspectivas paralelas y las funciones logarítmicas.
Papeles diversos. Hay papeles que son útiles en las artes plásticas aunque no hayan sido creados para tal fin: los papeles de seda dan bellas transparencias a los collages, si bien tienen el inconveniente deque sus colores no son fijos a la luz. El papel de estraza, por su tono medio y su grano grueso, es un soporte aceptable para apuntes al pastel. El papel kraft de embalaje, por su poco precio y su gran resistencia, es útil para croquis de gran tamaño al carboncillo y tiza.
La buena conservación del papel exige una atmósfera carente de humedad: un exceso de humedad provoca el crecimiento de todos los microorganismos en suspensión en el aire. El papel también puede ser atacado por insectos (carcoma). Agentes inorgánicos intervienen asimismo en su alteración: oxidación en presencia de la luz (papel amarilleado), oxidación del hierro contenido en el papel (herrumbres) y amarronamiento de la tinta ferrogálica. El papel también puede rasgarse con facilidad.
Es un soporte frágil; su alteración puede provocarse por factores orgánicos; microorganismos como los hongos (se han observado 55 especies diferentes) y bacterias. Los filamentos criptogámicos penetran en la sustancia del papel, que se descompone o pudre (putrefacción azul, verde, negra, blanca o amarilla). Las bacterias y los esporos se matan a base de rayos ultravioletas.
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