La fotografía involucra –fundamentalmente– la mirada: la del fotógrafo y la del público. Sin embargo, el tacto también es un factor importante: el agarre de una foto fine art debe transmitir sensaciones muy particulares. Pero ¿cómo elegir entre un papel liso o texturizado? La gente de Canson Infinity nos deja algunos consejos al respecto.
El papel liso de tipo baritado le aportará el mejor acabado a la fotografía. Es la calidad de papel que más se aproxima a la de un tiraje tradicional. Los colores están bien saturados y los contrastes resultan impactantes.
¿Pero cuál es la desventaja del papel liso para un tiraje fine art? Que los artistas tendrán serias dificultades para firmar su obra una vez impresa, ya que el papel no se adapta a las puntas de los bolígrafos.
Los papeles fotográficos texturizados ofrecen un agarre agradable. El grano de la superficie genera materia en la fotografía. Las nervaduras del papel resultarán visibles en las zonas claras de la imagen como las nubes, mientras que los negros destacarán menos. Se trata de una impresión más matizada que aporta una sensación diferente con un enfoque más «físico» de la imagen. Tanto en lo tocante al agarre como a la contemplación, el resultado se aproxima más al de una pintura.
¿La sensación o la imagen?
Para resumir la diferencia entre estos dos tipos de soporte: el papel liso responde a las necesidades de la imagen, de los colores y de lo visual; mientras que el papel texturizado resulta más interesante en cuanto a las sensaciones y emociones que puede suscitar la imagen.
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